“En los días de prueba reanima tu confianza”
Querida hija en Jesucristo,
Aleja, hija mía, este temor tuyo de que Dios te haya abandonado. ¡No, hija! Jesús te ama y con amor de predilección. No debes afligirte si Jesús todavía no te ha escuchado. Con frecuencia Jesús no concede inmediatamente lo que se le pide, pero no por eso deja de amarte, es más, te concede otras gracias que ni siquiera imaginas. Sea como fuere, tú debes sufrir en paz estas demoras, sin que se debilite tu confianza filial y sumisión a su santísima voluntad, virtudes que tanto agradan a Jesús. Él nos prometió su ayuda en toda circunstancia, y que jamás será Él quien nos abandone.
Si, por lo tanto, Jesús tarda en escucharte y parece que te niega la gracia que le pediste, debes convencerte que esto está en los designios de su paternal amor hacia ti. Él quiere probarte, aumentar tu fe, acrecentar tus méritos y formarte con el
ejercicio de la paciencia. No te permitas lamento alguno, ni exterior ni interiormente, sino que adora sus designios y bendícelo siempre. En los días de
prueba reanima tu confianza. Recuerda que Dios prometió su auxilio a la oración perseverante, y la perseverancia tiene su razón de ser justamente cuando Dios tarda en concedernos sus gracias.
Deberías rezar a Jesús así: “Sí, Dios mío, sólo porque tardas en escucharme, espero que me escucharás; y cuanto más me rechaces, tanto más me abandonaré con ardor confidencial entre tus brazos paternos.”
Ahora debo decirte que estés muy atenta, pues existe un ladrón muy astuto que podría asaltarte y hacerte caer en cualquier momento. Dicho ladrón es muy peligroso y se llama: amor propio. Si para desgracia tuya, se hiciese sentir a través de su aliento pestífero, refúgiate inmediatamente entre los brazos de Jesús y encomiéndate a Él, para que corra en tu ayuda y te libre de aquel ladrón.
Te bendigo maternalmente y contigo a todas las Hermanas de esa casa, deseando a todas las más selectas bendiciones del Corazón de Jesús para que lo amen más y no lo disgusten nunca y nunca más.
En Jesús me quedo. Tu cariñosa Madre