Vida, obra y espiritualidad de la Madre Clelia Merloni

La habitación de Madre Clelia

Descubre la habitación de Madre Clelia Merloni

Al cruzar la puerta de la sala anexa a la Capilla de la Casa General, en el segundo piso, un silencio profundo envuelve el ambiente, un silencio que habla directamente al corazón. Este es el lugar donde, del 7 de marzo de 1928 al 21 de noviembre de 1930, Madre Clelia Merloni vivió los dos últimos años de su vida, un período marcado por una intensa comunión con Dios. Su habitación, como lugar de meditación y oración, reflejaba su compromiso con la humildad, la sencillez y la fe. El ambiente era modesto, decorado sólo con lo esencial. Las paredes atestiguan sus noches de oración y meditación, en las que Madre Clelia pasaba largas horas en diálogo con Dios, buscando guía y fuerza para los últimos días de su vida. En el centro de la habitación había una sencilla cama, acompañada de una pequeña mesa sobre la que estaban colocados la Biblia, el rosario y algunos escritos personales. El crucifijo y la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, en un lugar claramente visible, eran un recordatorio constante del centro de su devoción y misión. La atmósfera de la sala rezuma paz y serenidad, rodeada de una presencia casi palpable de santidad.

Hoy este lugar es también una colección sagrada de reliquias de 2º grado, los objetos que utilizaba Madre Clelia en su vida diaria. Cada objeto en la habitación, desde objetos personales hasta simples adornos, lleva consigo una profunda conexión con la vida y misión de la Madre. Este no es sólo un espacio físico, sino un verdadero santuario de espiritualidad. Aquí Madre Clelia encontró la fuerza para su misión, incluso en los últimos momentos de su vida. La sala, con su elocuente silencio, es reflejo del alma de la Beata, una mujer que, a pesar de las adversidades, se mantuvo firme en su fe y amor a Dios, sirviendo de inspiración a todos los que conocen su historia.

Visita guiada a la habitación de la Madre Clelia Merloni:

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