DIOS MÍO, te adoro, te amo con todo mi corazón, con toda mi alma.
DIOS MÍO, te bendigo por todo aquello que haces y quieres hacer.
DIOS MÍO, creo todo aquello que la Iglesia me ordena creer y moriría con gusto por defender mi fe.
DIOS MÍO, te doy mi corazón, mi vida, mi futuro, a mí misma, enteramente… y para siempre.
DIOS MÍO, espero en Ti, en tu perdón, en el cielo.
DIOS MÍO, haré todo por Ti, hoy, este mes, este año, para siempre, hasta mí último respiro… nada, nada para mi satisfacción.
DIOS MÍO, cumpliré tus mandamientos, tus consejos, tus inspiraciones.
DIOS MÍO, te alabo y quiero alabarte con los labios, con las acciones, con los padecimientos.
DIOS MÍO, comulgando, ante Ti, no quiero olvidar ni un sólo instante tu presencia.
DIOS MÍO, quiero alimentarme de ti… ¡oh Divina Eucaristía, haz que yo te busque y siempre te prepare un corazón muy puro!
DIOS MÍO, ¡te obedeceré… habla Señor… tu esposa infiel está dispuesta!…
DIOS MÍO, rezaré… mucho… Siento que tengo necesidad de rezar… ¡Dame el amor por la oración!…
DIOS MÍO, ¡me sacrificaré!… ¿Qué quieres que yo evite hoy?
DIOS MÍO, me someto a todo… ¡Oh, cuán sabia, cuán buena es tu divina voluntad!…
DIOS MÍO, callaré en los momentos de inquietud, de malhumor y de impaciencia.
DIOS MÍO, ¡me uno a tus Ángeles, a tus Santos, a mis pobres hijas que te aman y, como ellos, yo también quiero amarte!
DIOS MÍO, te visitaré en tu Templo, vendré a verte en el santo Tabernáculo y continuamente te prometo mi fidelidad….
Pero Tú ayúdame con tu santa gracia.