Vida, obra y espiritualidad de la Madre Clelia Merloni

Historia de la Vida

Historia de la Vida

“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, produce mucho fruto.”

– Jn 12, 24

La Vida de Madre Clelia

Madre Clelia Merloni: Apóstol del Amor

Clelia Merloni, Fundadora de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, nació en Forlí, Italia, el 10 de marzo de 1861. Su madre,María Teresa Brandinelli, murió cuando la pequeña tenía tres años de edad. Su padre, Joaquín Merloni, un rico industrial, se casó con María Giovanna Boeri, que, con su abuela, le enseñaron mucho sobre la fe y la ayudaron a desarrollar una personalidad fuerte y confiada. En 1876, Clelia comenzó a estudiar en el Instituto de las Hijas de Nuestra Señora de la Purificación en Savona, pero debido a problemas de salud tuvo que abandonar la escuela al cabo de un año. Recibió una educación de estilo familiar, con un profesor de lenguas extranjeras y otro para el estudio de piano. El padre quería un matrimonio y una vida lujosa para su hija, pero Clelia deseaba hacerse religiosa. En 1883,ella entró en la Congregación de las Hijas de Nuestra Señora de las Nieves (Savona) donde recibió el nombre de Hna. Albina, pero debido a una enfermedad tuvo que regresar a casa después de cuatro años. En 1892, Clelia entró en la Congregación de las Hijas de Nuestra Señora de la Providencia en Como, donde se dedicó a la vida religiosa con alegría y celo. Aquí, tras una repentina recuperación de la tuberculosis, gracias a la intercesión del Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, tuvo la visión clara y precisa de lo que debía hacer: fundar una Congregación religiosa de Hermanas consagradas al Sagrado Corazón de Jesús que se dedicasen al bien de los pobres, de los huérfanos y de los abandonados, y que ofrecieran sus propias vidas de buenas obras para la conversión de los pecadores. (Para Clelia, este último significaba especialmente la salvación del alma de su padre

ateo y masón) El 30 de mayo de 1894, en la Iglesia de San Francisco, en Viareggio, Clelia, fue presentada junto con dos compañeras como las primeras Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, inaugurando así el naciente Instituto. El florecimiento no se hizo esperar: pronto se abrieron una escuela, una guardería, un orfanato y poco después una residencia donde también recibía a personas mayores, todo ello gracias al generoso apoyo económico de su padre. Junto al creciente número de religiosas, también se multiplicaron las obras fuera de Viareggio. Además de las muchas bendiciones de Dios sobre la nueva Congregación, Clelia fue la única beneficiaria de una importante herencia tras la muerte de su padre, ocurrida en San Remo el 27 de junio de 1895. Su conversión en su lecho de muerte fue fruto de oraciones y sacrificios de muchos años de su hija.

Infelizmente, la expansión resultante de sus obras fue bruscamente interrumpida después de tres años,cuando el Sacerdote que administró las finanzas,después de haber perdido mucho dinero con la indebida administración de sus bienes, huyó para Francia con los fondos restantes. La quiebra forzó a las Apóstoles a abandonar sus numerosas obras, también en la ciudad de Viareggio. Por Divina Providencia, Madre Clelia conoció a Monseñor Giovanni Battista Scalabrini, obispo de Piacenza, quien aceptó al pequeño grupo en su diócesis y ayudó a las religiosas a salir de la crisis financiera. En 1900, el Obispo envió a las Apóstoles a las misiones entre los inmigrantes italianos en América del Sur (Brasil) y luego en América del Norte (Boston, EE.UU.).

Madre Clelia con 18 Hermanas hicieron su vestición religiosa en el Noviciado de Castelnuovo Fogliani,aldea de Alseno, en la provincia de Piacenza, el 11 de junio de 1900. Nueve de ellas, entre ellas la Fundadora, emitieron también su profesión. A pesar de la alegría de su consagración , bien como del suceso ministerial que resultó de la colaboración con el Obispo Scalabrini,la lucha interna crecía entre las hermanas. En una misma Congregación se formaron dos grupos distintos: aquellas que querían permanecer en el carisma de la fundadora y aquellas que se inclinaban para el de la Congregación Scalabriniana. Además, Madre Clelia, ya después de la quiebra y de posteriores procesos judiciales, había sido víctima de calumnias. No queriendo acusar públicamente al sacerdote que anteriormente había administrado mal y robado el dinero de la Congregación, había asumido la culpa por toda la situación, allanando el camino para un malentendido indescriptible. El 28 de febrero de 1904 se promulgó el decreto de destitución de Madre Clelia con el traspaso del gobierno a Madre Marcellina Viganò. Al cabo de un año, Madre Clelia fue reintegrada, pero siguieron tres visitas apostólicas al final de las cuales, con un decreto de la Sagrada Congregación de Religiosas del 13 de septiembre de 1911, Madre Clelia fue nuevamente destituida del cargo de Superiora general. Ya no era consultada sobre las cuestiones relativas al Instituto, se cambió el título del Instituto y se publicaron las nuevas Constituciones, cuya observancia imponían los visitadores apoyados por la Congregación de Religiosos. Las numerosas solicitudes de la Madre Clelia para que se revisara su caso quedaron sin respuesta, mientras crecía la discordia dentro de la Congregación y las religiosas leales a ella eran expulsadas del Instituto. Sola, considerando que su persona era un obstáculo para la paz de la comunidad, decidió abandonar el Instituto que ella misma había fundado, antes que verlo destrozado por la discordia.

Exilio y Retorno

1916-1928

En junio de 1916 comenzó para ella el período de difícil exilio: Génova, Turín, Roccagiovine, Marcelina fueron los pasos de un largo camino hacia el Calvario.

Exilio y Retorno

Período de gran profundización espiritual, oración y fortalecimiento de su espiritualidad.

En junio de 1916 comenzó para ella el período de difícil exilio: Génova, Turín, Roccagiovine, Marcelina fueron los pasos de un largo camino hacia el Calvario. Su nombre pasó a ser desconocido para las siguientes generaciones de Apóstoles. Se prohibió mantener correspondencia con ella o enviarle ayuda.

El 16 de agosto de 1920, Madre Clelia escribió al Papa pidiéndole permiso para regresar a la Congregación que ella había fundado. Sólo el 7 de marzo de 1928 se permitió a Madre Clelia regresar al Instituto. Ya anciana y muy débil, pasó los dos últimos años de su vida en una habitación muy alejada de la Comunidad, pero conectada a un coro que daba al altar de la Capilla. Estos años estuvieron marcados por una intensa oración y una tierna caridad hacia todos aquellos que conocía., desde un ofrecimiento pleno y total de si misma al Corazón Eucarístico de Jesús para la salvación de las almas.

El signo más seguro de su exquisita caridad era el espíritu de perdón: purificada por el fuego del amor, brillaba como una perla de extraordinaria belleza, sobre todo cuando era objeto de graves injusticias y calumnias infundadas.

Muerte de Madre Clelia

21 de Noviembre de 1930

Madre Clelia murió en Roma , el 21 de noviembre de 1930, y fue sepultada en el cementerio Campo de Verano.

Muerte

El 19 de julio de 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, los aviones aliados bombardearon la cercana estación de tren de San Lorenzo y también el cementerio de Verano, causando muchos daños y muchas tumbas destruidas. Hubo que esperar hasta el final de la guerra en 1945 para iniciar la búsqueda y encontrar los restos de la Fundadora, en medio de toda aquella devastación. Después de algunos días de trabajo los trabajadores encontraron el féretro de Madre Clelia, todavía sellado; fue llevado ante la presencia de la Superiora General para su apertura. El cuerpo de la Madre Fundadora estaba intacto.

El 20 de mayo de 1945, solemnidad de Pentecostés, el cuerpo de Madre Clelia fue trasladado con un solemne cortejo fúnebre desde el cementerio de Verano hasta la Capilla de la Casa Generalicia dedicada a Santa Margarita Maria Alacoque. Los restos mortales de la Fundadora fueron colocados en la pared derecha de la Capilla. En la placa de mármol se colocó la siguiente inscripción: “Madre Clelia Merloni, fundadora del Instituto Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, El Corazón de Jesús fue la luz de su existencia. el pobre, el oprimido, el infeliz, su latido más tierno. ella vivió la pureza,lasimplicidad y la caridad”.

Durante el proceso de beatificación, sus restos fueron exhumados y trasladados a una urna. Este acto marcó otro momento importante en la veneración de la Fundadora, consolidando su memoria e inspirando aún más devoción entre los fieles.