ateo y masón) El 30 de mayo de 1894, en la Iglesia de San Francisco, en Viareggio, Clelia, fue presentada junto con dos compañeras como las primeras Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, inaugurando así el naciente Instituto.
El florecimiento no se hizo esperar: pronto se abrieron una escuela, una guardería, un orfanato y poco después una residencia donde también recibía a personas mayores, todo ello gracias al generoso apoyo económico de su padre. Junto al creciente número de religiosas, también se multiplicaron las obras fuera de Viareggio. Además de las muchas bendiciones de Dios sobre la nueva Congregación, Clelia fue la única beneficiaria de una importante herencia tras la muerte de su padre, ocurrida en San Remo el 27 de junio de 1895. Su conversión en su lecho de muerte fue fruto de oraciones y sacrificios de muchos años de su hija.
Infelizmente, la expansión resultante de sus obras fue bruscamente interrumpida después de tres años,cuando el Sacerdote que administró las finanzas,después de haber perdido mucho dinero con la indebida administración de sus bienes, huyó para Francia con los fondos restantes. La quiebra forzó a las Apóstoles a abandonar sus numerosas obras, también en la ciudad de Viareggio.
Por Divina Providencia, Madre Clelia conoció a Monseñor Giovanni Battista Scalabrini, obispo de Piacenza, quien aceptó al pequeño grupo en su diócesis y ayudó a las religiosas a salir de la crisis financiera. En 1900, el Obispo envió a las Apóstoles a las misiones entre los inmigrantes italianos en América del Sur (Brasil) y luego en América del Norte (Boston, EE.UU.).
Madre Clelia con 18 Hermanas hicieron su vestición religiosa en el Noviciado de Castelnuovo Fogliani,aldea de Alseno, en la provincia de Piacenza, el 11 de junio de 1900. Nueve de ellas, entre ellas la Fundadora, emitieron también su profesión. A pesar de la alegría de su consagración , bien como del suceso ministerial que resultó de la colaboración con el Obispo Scalabrini,la lucha interna crecía entre las hermanas. En una misma Congregación se formaron dos grupos distintos: aquellas que querían permanecer en el carisma de la fundadora y aquellas que se inclinaban para el de la Congregación Scalabriniana. Además, Madre Clelia, ya después de la quiebra y de posteriores procesos judiciales, había sido víctima de calumnias. No queriendo acusar públicamente al sacerdote que anteriormente había administrado mal y robado el dinero de la Congregación, había asumido la culpa por toda la situación, allanando el camino para un malentendido indescriptible.
El 28 de febrero de 1904 se promulgó el decreto de destitución de Madre Clelia con el traspaso del gobierno a Madre Marcellina Viganò.
Al cabo de un año, Madre Clelia fue reintegrada, pero siguieron tres visitas apostólicas al final de las cuales, con un decreto de la Sagrada Congregación de Religiosas del 13 de septiembre de 1911, Madre Clelia fue nuevamente destituida del cargo de Superiora general. Ya no era consultada sobre las cuestiones relativas al Instituto, se cambió el título del Instituto y se publicaron las nuevas Constituciones, cuya observancia imponían los visitadores apoyados por la Congregación de Religiosos.
Las numerosas solicitudes de la Madre Clelia para que se revisara su caso quedaron sin respuesta, mientras crecía la discordia dentro de la Congregación y las religiosas leales a ella eran expulsadas del Instituto. Sola, considerando que su persona era un obstáculo para la paz de la comunidad, decidió abandonar el Instituto que ella misma había fundado, antes que verlo destrozado por la discordia.